22 de octubre de 2014

¿Corazones invertidos?

XISTEN animales o parte de ellos que se asocian a valores negativos y por eso se crea resistencia a adoptar una de esas figuras animales para un escudo de armas personal. A alguien rudo, incivil o bruto se le llama burro. ¡Los egipcios ya utilizaban la cabeza de burro para significar ignorancia!

Escudo de unos Zeppelin.
La realidad de ese animal es diferente, ¿pero quien va a adoptar un burro para su escudo de armas?. Igual, por ejemplo, pasa con el cerdo. Alguien sucio, grosero o ruín es un cerdo. ¿Quién se atrevería a ponerse esa figura aninal?. El cerdo es un atribugo hagiográfico de san Antonio, no debería ser tan raro de ver en un escudo de un religioso.

Escudo de los condes de Veringen.

Escudo del antiguo municipio alemán de Niederspier.
¿Y los cuernos? ¿quién se va a arriesgar a la mofa por ser cornudo. Todo esto es cultural, poco racional. En otros lares, donde los cuernos no tienen esa connotación asociada a la infedilidad, los cuernos se muestran sin problema, como por ejemplo en la heráldica germánica.

De la misma forma que hay figuras animales que cuesta verlas, hay partes del cuerpo humano que también van a ser difíciles de ver. Aún así, las hay. Recordar el escudo de István Várallyay:

Escudo de István Várallyay.
Los testículos como carga heráldica existen. Existen como armas parlantes en el escudo de Bartolomeo Colleoni, un italiano perteneciente a la nobleza urbana que hizo labores de mercenario al servicio de las ciudades-estado de aquel entonces. Era lo que se conoce un condotiero. Este es su escudo de armas:
Troncato di argento e di rosso a tre paia di testicoli, dall'uno all'altro.
Traducción de estas armas tan cojonudas:
Cortado de plata y gules, tres pares de testículos del uno al otro.
Escudo de Bartolomeo Colleoni. Cortado de plata y gules, tres pares de testículos del uno al otro.
Va bien recordar la diferencia entre del uno al otro y del uno en el otro. Un lector que descubrió el blog poco antes de vacaciones, firmante como Soliloco, me comentó en uno de sus comentarios la existencia de esta figura y de su alteración. Estas armas y otras derivadas de esta familia llamada Colleoni o Coglioni a veces se han descrito como corazones invertidos. ¿Pudor, recato o ignorancia? desconozco el motivo de tal blasonamiento. No creo que llegue a ser una alteración, ya que sigen siendo testículos. Desconozco como se dice cojón en italiano, pero en catalán suena muy parecido al nombre del apellido. Vuelvo a decir que se trata de armas parlantes.

Escudo de Bartolomeo Colleoni. Cortado de plata y gules, tres pares de testículos del uno al otro.
La alteración o más bien error en su descripción quizá venga por la forma en la que a veces se han representado esos testículos heráldicos, evidentemente con un gran parecido a un corazón invertido, o sea, ranversado.

P.D. Envío un saludo cordial al lector con nombre de usuario Soliloco. Agradezco la interacción con el blog cuando se debate y se realizan aportaciones que considero muy positivas. 

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21 comentarios:

Unknown dijo...

¡Qué entrada más interesante! Me encantan las "rarezas" heráldicas.

Sí que había visto varios escudos con cornamentas, con cabezas de ciervo, y con cabezas de toros, pero no tenía la más mínima idea de que existían escudos con penes y/o con testículos.

Bueno, miento, sí que conozco un caso. Hace muchos años vivía en Córdoba un "listo" que gustaba frecuentar tablaos flamencos y otros saraos donde acudían famosos del cante y de la sociedad para arrimarse a ellos y luego presumir. Tan ridículo era aquello que un médico amigo mío decidió gastarle una broma haciéndose pasar por conde. Como podrás imaginar, al tipejo le faltó tiempo para bailarle el agua con "señor conde" por aquí, "señor conde" por allá... Lo mejor es que le había preparado una tarjeta de visita en la que se leía "Conde de Fuchinga Alta" junto a un escudo con un símbolo fálico (el autor no me especificó más) y el lema "semper presta et semper enhiesta". Aquella tarjeta debió ser digna de ver, desde luego. Cuando mi bromista amigo me contó aquella anécdota no podía dejar de reír.

heràldica1010 dijo...

Sí, en veritat la forma malsonant de dir testicle en català/valencià/balear es pareix al nom del cognom.

Bruno dijo...

¿Decían por ahí por qué utilizaba esas armas?¿Tenía fama de cojonudo?

◊ dissident ◊ dijo...

En italià, colló (cojón) es diu "coglione". Doncs és evident això del condottiero...

heràldica1010 dijo...

Són parlantes. Coglioni en espaňol es literalmente "cojones".

heràldica1010 dijo...

Cojón deriva del latin colēo. Por eso las armas de Bartolomeo Colleoni son parlantes.

Xavier Garcia dijo...

En la wiki en italiano lo explica. http://it.wikipedia.org/wiki/Bartolomeo_Colleoni

Xavier Garcia dijo...

¿Fuchinga? ¿eso no es de Tip? Si consigues el blasón tendría suficiente para hacer una entrada.

Hay que tener los "cojones" bien grandes para llevar un escudo así. Aparte de la curiosidad de las armas con esa parte de los genitales humanos está el tema de la confusión con corazones invertidos. Digamos que es doblemente interesante (es lo que tiene ir de dos en dos).

Xavier Garcia dijo...

La familia es diu Colleoni o Coglioni i "dissortat" diu que colló en italià es "coglione". Els plurals en italià acaven en i i literlament collons es com el nom de la familia.

Els catalans en diem del nostre idioma català, els valencians valencià, però els balears no en diuen balear, ells en diuen català, com els aragonesos de la franja. En direm doncs català/valencià o valencià/català.

Unknown dijo...

No tengo más información de aquél emblema más que la expuesta más arriba. No obstante, voy a contactar con él, pero imagino que no recordará más datos.

Xavier Garcia dijo...

Suposo doncs que en plural deu ser coglioni...

Soliloco dijo...

En la franja antes, y aún ahora los que hablan como tradicionalmente, lo llamaban "chapurreao". Ahora creo que a los jóvenes les enseñan catalán.

Xavier Garcia dijo...

Pero ese término es despectivo. Extraido de wikipedia en castellano:
"El término chapurreado (a veces escrito chapurreau o chapurriau) es empleado también en ocasiones, especialmente por parte de los sectores anticatalanistas."

Xavier Garcia dijo...

Chapurrear es chapurrar que significa hablar mal o con dificultad un idioma. Es como decir que los aragoneses que hablan catalán son tontos. Es despectivo.

Soliloco dijo...

Saludos. He de renovar el ordenador cada poco, de ahí mi ausencia. No sé por cuanto tiempo, pero tengo uno "nuevo" y vuelvo a disfrutar del blog. Inmerecido honor ver mi apelativo en tan digno marco, estoy sorprendido. Gracias.

Buena entrada, como todas, que nos recuerda algo que ya está escrito en estas páginas. La moral medieval no es la misma que la pacata moral que inundó Europa siglos después. Algo que se puede ver en las mismas figuras animales. En general, el espíritu caballeresco buscaba el ingenio y la sutileza, pero no siempre se consigue al referirse a las características "más varoniles" (entendidas según esa época machista).

Por eso, el blasón podría sorprender en un condotiero (escrito sin "n" tras todas las "o") pero no por lo mismo. A veces ser original es ser directo, y nada habla más claro del valor que esta familia debía o quería hacer gala en tiempos de guerra, cuando venía la cosa difícil.

Felicidades.

Xavier Garcia dijo...

Conocía el escudo pero no su confusión con los corazones. No había despertado mi inquietud lo suficiente para realizar una entrada. La entrada fue posible gracias a tu aportación.

Soliloco dijo...

De Wikipedia no me fío nada que tenga que ver con Cataluña. Aún recuerdo cuando lo de "confederación catalano-aragonesa". No sé cómo andarán los políticos ahora, pero a nivel de calle no era despectivo y de hecho sí ha sido reivindicado por naturales.

Hace mucho tiempo, cada vez que encontraba a alguien, por ejemplo de Fraga o alrededores, le comentaba que allí hablaban también catalán, a ver qué contaba, y todos me aclaraban que no, que hablaban chapurreao -en realidad decían algo entre "chapurriau" y "chapurriao"- y que era parecido pero diferente, con parte de catalán, bastante propio, y algo de mezcla. Todos lo decían con orgullo, así lo entendíamos y así lo decíamos. Prácticamente no había otra denominación pues se hablaba sin más, sin políticos ni lingüistas de por medio.

Más adelante, he conversado con hablantes antiguos en muchas ocasiones y la sensación era la misma. Incluso alguno se quejaba de que no enseñaban a los jóvenes el idioma de sus mayores, dando ejemplos y comparativas con el catalán. Últimamente alguno, sí es cierto, añadía términos más locales como por ejemplo fragatí en esa parte, sin perder la denominación general.

No sé si en Cataluña se dice despectivamente. He oído a catalanes hacer comentarios despectivos al respecto sobre otros hablantes, aún cuando el catalán sigue evolucionando -hace poco la sexta vocal, y nuevas expresiones y saludos- con criterios bastante alejados del espíritu de estos otros hablantes. No quiero ofender a la Gran Cataluña, pero siempre he pensado que los dialectos no son menos auténticos que los idiomas oficiales, ni los que los hablan menos sabios ni más paletos. Todos parten de lo mismo y tienen los mismos siglos de historia.

Comprendo que era Cataluña la que pagaba y la que elegía, por lo menos entonces y en ciertos casos; que unos aceptaron, pues era lo más parecido, y otras zonas rechazaron subvenciones y enseñanza, bajo la idea de que si la lengua de sus antepasados ya estaba en peligro no ayudaba meter más idiomas. A mí no me parece ni bien ni mal que deseen extender su idioma y sentirse más grandes, ni los catalanes, ni los aragoneses nacionalistas con sus pactos con otros nacionalismos, ni nadie.

Es evidente que estigmatizar la denominación general ayudará contra la resistencia a hablar catalán, lo que no voy a admitir de ningún politiqueo es que me robe las palabras que siempre hemos usado -que ya es un clásico en el politiqueo moderno: suprimes la palabras, suprimes la identidad- o me adjudique intenciones que no tengo.

En Aragón nunca jamás lo he oído de forma despectiva, y me he visitado todo su campo. No va con los aragoneses, que hace un siglo tenían más hablantes y conservaban más cultura propia que muchas autonomías "históricas" y donde se sufrieron las leyes de castellanización con más fuerza que en ningún otro sitio, y a sus gentes -en mayoría genérica- no les ha quedado más odio que contra las imposiciones y la violencia, sin engañarse de donde vinieran (ni de revancha lo han admitido).

De hecho, los fablantes que conozco, de otras zonas, no definen el chapurreao como catalán sino como aragonés oriental y hacen comparativas con la fabla aragonesa limítrofe. Dudo mucho que en Castilla siquiera sepan de la existencia del chapurreao, como para tener un trato definido.

Xavier Garcia dijo...

Esas son las tesis de la FACAO. Como decía antes, los anticatalanista. Llamarle LAPAO o chapurriau, lo que sea antes que llamarle catalán. Los que "fablan" son los aragoneses que hablan aragonés. Los aragoneses que hablan catalán "parlen". Los que defienden que el "chapurriau" es un idioma diferente al catalán me merecen el mismo respeto que los que defienden que el valenciano es un idioma diferente al catalán.

Yo nunca he escuchado a un catalán hablar despectivamente de otro que hablara una variante dialectal del catalán central. Tampoco he escuchado decir nunca que el catalán central sea el bueno y los otros los malos. Simplemente eso no me lo creo. Un catalanoparlante cuando se mueve por Catalunya quiere escuchar catalán pero le da igual si es occidental, central u oriental.

Es como decir que en Andalucía, Extremadura o Méjico no se habla español.

Xavier Garcia dijo...

Aquí lo explica bien:

https://www.youtube.com/watch?v=N-OqUeLz0Tg

Y el que lo explica no habla en catalán central ni oriental. Es occidental, pero no se si del norte o del sur.

Soliloco dijo...

No quisiera entrar en debate en su casa, mi intención primera era comentar cómo se le llamaba antes -chapurreao- y luego aclarar que nadie lo hacía despectivamente. Era el único nombre genérico que tenía, incluso para los propios hablantes. Ya que insiste, quiero advertir de los peligros de admitir calificaciones políticas entre los argumentos. Hay lugares donde las personas y las teorías no son mejores por amar más a su propia tierra, sino por sus propias características. Tenga cuidado, porque allí el uso de ciertos argumentos no descalifica al quien los recibe. Entienda, por favor, que se lo digo sin acritud a un amante de la Historia por el que tengo respeto. No intento darle lecciones, no me creo más libre y seguramente -aunque sería mi loco deseo- no me he podido librar de todos los esquemas con los que aquí bombardean. Por eso me voy a explicar.

Primero comentaré una vivencia familiar, que me ayudó. Mi abuelo fue premio especial en su segunda carrera, Historia, y concentró sus estudios en la cuenca del Ebro. Su primer trabajo se podía encontrar en casi cualquier universidad de Europa. Lo profundizó con un estudio, tan trabajado como todo lo suyo, analizando sin mirar fronteras político-administrativas sino zonas económico-culturales. Ya era lo que llamamos democracia. El libro no era pertinente en absoluto, como tampoco lo ha sido investigar otras cosas (ahora de actualidad). Había que detenerse en la frontera sin sacar los pies del tiesto, las cosas no pueden contarse así. Al final tuvo reconocimiento (su nombre a una calle y otras nimiedades, nada importante) por otros trabajos, pero esto quedó enterrado. Por cierto, él creía que la fabla era sobre todo catalán y nunca aceptó cargos políticos.

Note que no me importa si el chapurreao se le llama catalán o aragonés. De primeras lo he referido como catalán y luego he comentado de fablantes que lo consideran aragonés. EN REALIDAD, MENTIRAS. No es ninguna de las dos cosas, es como aquel famoso tortosí. Es suyo de ellos, no nuestro. Mejor dicho, lo era, porque para muchos está desapareciendo, y no es más ni menos malo que desaparezca en favor del catalán, como lo era cuando desaparecía en favor del castellano. De hecho, a mí me parece tan malo que desaparezca como si desapareciera el catalán.

(Prosigo)

Soliloco dijo...

Pregúntese si vídeo que ha presentado, no le falta una parte muy importante. Insisto en que se lo digo con respeto. A lo mejor a lo que le muestran, le falta mirar al otro lado de la frontera. Saber el todo, aunque no guste, antes de descalificar la otra opinión por política y no lingüística. La parte donde las formas verbales y el léxico continúa por Aragón, cambiando y permaneciendo irregularmente por toda la fabla. No lo he visto entero porque no me interesa aprender sobre dialectos valencianos, catalanes o como los llamen según la etiqueta política, pero he ido saltando lo suficiente para ver cosas que reconozco en fabla. La que más me ha llamado la atención es melico (ombligo, también en fabla) por la ironía que tiene, pero no me baso en esto.

Antes estaba muy claro, y hay estudios independientes que así lo decían, que los extremos eran evidentemente distintos, pero la frontera lingüística estaba tan indefinida que solo se podía poner mediante convencionalismos. Si se quería poner fronteras, en vez de hacer los estudios centrándose en la realidad progresiva de la lengua aragonesa y catalana, forjada en siglos de vecindades sin autoridades que impusieran normativas diferentes. Lo mismo que pasaba en África, la Australia aborigen, América y otros lugares. Las lenguas se sucedían con apenas diferencias entre pequeños grupos, de forma que todos se entendían en lengua materna con los vecinos cercanos, sin problema alguno.

Lo cierto es que la política tiene su interés y, por desgracia, a veces tiene formas que nos contagian. Le gusta poner etiquetas y apropiarse de las cosas. Cuando nací, las instalaciones deportivas más grandes de Zaragoza eran los frontones, un juego que quiero. Cuando murió Felipe el Hermoso, el juego tenía menos fronteras y era internacional... y ahora parece que es tan vasco como el chacolí. Lo mismo pasa con todo, tradiciones, juegos, animales, lenguas, todo el mundo corre a ponerle una frontera, una limitación, a estipular la diferencia, poner su marchamo y decir que es suyo más que de otros. Vale.

Resumiendo. Ni catalán ni aragonés. Era de ellos, que lo desarrollaron con la misma libertad y tiempo que otros. El resto de las etiquetas, a mí personalmente me huele muy mal. Cansa mucho que cada cosa se politice, se le le atribuya una intención, despectiva o loable, y se manipule en favor de bienes más altos, etc.