N un día como este, un 20 de mayo, pero de 1493, Cristóbal Colón / Colom, etc, es nombrado Capitán General de la Armada Española con la que emprende su segundo viaje oficial a América. En una entrada anterior sobre Colom os mostré un escudo suyo:
Hoy os mostraré las armas que utilizó basándose en las primeras concedidas. Las otras, otro día.
Bueno, pues hoy es otro día y os presentaré las primeras armas concedidas. Existe un documento fechado de 20 de mayo del año 1493 en el Archivo de Indias donde, entre otras cosas, se concede un escudo de armas para Colom. Un documento que recibiría en mano el propio Colom en Barcelona.
D,Fernando é Doña Isabel &c.Por facer bien é merced á vos D.Cristóbal Colom, nuestro Almirante de las Islas é Tierra-firme por nuestro mandado descubiertas, é por descubrir en el mar Océano en la parte de las Indias : acatando los muchos é leales servicios que nos habeis fecho, é esperamos que nos fareis, especialmente en poner vuestra persona como la posistes á mucho arrisco é trabajo en descobrir las dichas islas;é por vos honrar é sublimar,é porque de vos é de vuestros servicios é linage é descendientes quede perpetua memoria para siempre jamás,habemos por bien, é es nuestra merced, é vos damos licencia é facultad para que podades traer é traigades en vuestros Reposteros é Escudos de armas ,é en las otras partes donde las quisieredes poner de mas de vuestras armas encima dellas un Castillo é un León, que Nos vos damos por armas.conviene á saber, el Castillo de color dorado en campo verde,en el cuadro del escudo de vuestras armas en lo alto á la mano derecha,y en el otro cuadro alto á la mano izquierda un León de púrpura en campo blanco rampando de verde,y en el otro cuadro bajo á la mano derecha unas islas doradas en ondas de mar,y en el otro cuadro bajo á la mano izquierda las armas vuestras que solíades tener, las cuales armas sean conocidas por vuestras armas,é de vuestros fijos é descendientes para siempre jamás.
Las armas concedidas están formadas por un conjunto de armas distintas. Se le concede las armas regias, pero diferenciadas o brisadas con un cambio de esmaltes sustituyendo gules por sinople. En una repartición cuartelada en el tercero las islas y en el cuarto sus antiguas armas originales:
Cuartelado, 1º de sinople, un castillo de oro; 2º de plata, un león de púrpura lampasado y armado de sinople; 3º ondas de azur y plata y en ellas varias islas de oro; y 4º de oro, una banda de azur y el jefe de gules.
Para realizar este escudo primero he hecho una copia del otro. He aprovechado la mayoría de islas y el castillo. He cambiado el esmalte del campo del primer cuartel, seguidamente he sustituido el león por uno sin corona. He eliminado el entado en punta y las cargas del cuarto cuartel. He dibujado una isla más en el primero para rellenar el espacio que ocupaba el entando en punta y finalmente he dibujado el cuarto cuartel, primero el jefe y después la banda.
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1 comentario:
Es posible que el primer escudo de Colón -como se hacía llamar- no fueran las armas reales. No parece cuadrar con otras similares. Además de que el asunto colombino se gestionó en principio por la Corona de Aragón, e incluso el capital que ponía "la Corona" en realidad lo aportó un consejero aragonés; parece raro que nada más volver le concedieran unas armas exclusivamente castellanas; que encima no lo parecen realmente, pues el campo sinople no parece la forma de brisar dichas armas.
No olvidemos que Colón caso con una noble y el linaje de ella, Perestrelo, ya usaba un león púrpura, no sería raro que precedieran por su categoría, al del linaje propio, lo que casaría con unas interpretaciones del carácter de Colón y se daría de bofetadas con otras.
Lo que sí parece cierto es que sus descendientes, sin concesión alguna, cambiaron el escudo original para que los dos primeros cuarteles señalaran a la corona. Por cierto que también cambiaron el tercero, haciendo que además de las islas figurara en punta la tierra firme que ya se había descubierto. También añadieron el cuarto, lo que hace un conjunto muy acorde con lo pretencioso de la época que venía: no bastaba con los logros propios, que no es poco dar a conocer un nuevo mundo, sino que había que sumar todo lo posible y parecer rancio, muy rancio.
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